Las cosas que no te diré
¿Has cambiado? ¿Lo he hecho yo???. Me engañaste, sin quererlo. Ocultaste cosas, como yo. Por no hacernos daño, por seguir adelante y superar lo que al final nos ha matado. Por no hablar, por vender lo que no somos. Quizás el problema nace cuando nos acostumbramos a adornarlo todo y aún el vómito en el pelo cierta poesía guarda. Pasa el tiempo y en un momento dado queremos desnudarnos, pero ya hemos olvidado cómo, y no porque seamos otros, no porque no seamos nosotros, sino porque todo está mezclado, nuestros deseos, miedos y proyecciones, todo, como barras de plastilina deformadas en una sola masa multicolor. Quizás lo ingenuo sea seguir buscando el color originario, creer que algo subyace detrás de todo adorno.
Y sin embargo, te sigo buscando, creyendo en tu esencia. Sufro tu ausencia, tu desdén y tu frialdad... lo sufro todo y no reacciono. Lo entiendo todo y no avanzo. Me estanco, me obceco en quererte y no ver la realidad. En lo que te has convertido... Quiero seguir amando a quien me amaba. Como siempre, no sé salir de mi pasado.
Sigo viendo tu color originario en cada paso.
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