01 abril 2009

Fases

Puede sonar patético, pero sí, lo reconozco, aparte de mis sesiones y mis amigos, intento encontrar en algunos libros de “autoayuda” la explicación, o al menos la ayuda necesaria para conocer cual es el camino que estoy recorriendo y cómo puedo afrontarlo. Y, aunque esto parezca más patético todavía, veo que no les falta razón. Está claro que cada uno somos un mundo y podemos afrontar las separaciones de mil formas diferentes, pero el proceso más o menos es el mismo y como casi todo, está analizado, estudiado y definido.
Bueno, para mi no es un proceso nuevo, pero si es aquel en el que estoy concentrándome en superar lo ocurrido, en lugar de solamente sufrirlo. Eso no quiere decir que no duela (a veces creo que me está destrozando), ni que la relación, como me han dicho, fuera menos importante, menos intensa o yo estuviera menos enamorada (de hecho es la única vez en mi vida en la que pensaba haber encontrado alguien con quien podría estar dispuesta a formar una familia).
No, no quiere decir nada de eso. Sólo quiere decir que soy yo quien ha cambiado, quien ha aprendido de anteriores experiencias, quien ha decidido quererse ya que no puede contar con el amor que un día le prometieron.
Y veo que voy cumpliendo etapas, una a una, como los capítulos del libro. Veo cómo paso por las fases que componen un duelo. Soy como un ejemplo con patas de teorías ajenas… Aún no me encuentro sólo en una etapa… voy nadando de una a otra… pero consciente de cuando me encuentro en un nivel diferente. Creo que estoy llegando a la aceptación, aunque aún me descubro en la negación, en la ira, incluso en la negociación, haciendo propuestas para una posible reconciliación... y siempre en el dolor de la fase aguda.
Así que voy a colgar escritos que corresponden a cada una de esas fases… algunos ya están, otros se quedaron en el tintero, así que los subo ahora. Porque quiero que este blog, como otro lo hizo en su día, me recuerde dentro de un tiempo, que todo se supera y que yo soy yo, más allá de la persona que esté conmigo (o que no quiera estarlo). Para ver si esta vez cierro heridas y sano el corazón antes de encontrar otra relación en la que tener que compatibilizar eso con amar a otra persona.
Pero no voy a negar que todo esto lo escribo por él, igual que antes debí escribír por otras personas... y no tengo manera de saber si algo le llega (no recuerdo la manera de poner contadores… y ni ganas tengo)… Además, en todo caso… ¿que más dá?. Vete a saber cómo interpretaría él todo lo aquí escrito, seguramente no con la intención con la que sale de mi corazón. Además como bien se define en la fase de aceptación, eso no cambiará nada. Ahora sólo queda afrontar lo mejor que sepa/pueda, esta nueva etapa de mi vida.
La cagé en el pasado, pero no hay opción a enmendar lo sucedido. Ahora haría mil cosas de manera diferente (igual que él, supongo)… pero es que “ahora” soy otra persona, y “antes” hice lo que pude… todo aquello que estaba en mi mano. No pude obrar de otra manera, de esa para la que ahora si estaría preparada… porque no lo estaba.
Así que eso es lo que debo afrontar, que hice lo que pude… y fue mucho, aunque no haya resultado suficiente. Y que me dieron mucho, aunque tampoco para mi fuera lo que necesitaba. Si él supiera el gran vacío y decepción que deja, probablemente se le encogería el estómago.
Mi forma de amar, el valor y la intensidad de mis sentimientos, es eso, mio… no supe expresarlo y no supo verlo, pero quien vale no son sólo “ellos”. Soy yo y la forma intensa y sin barreras que tengo de entregarme a alguien, una vez le dejo entrar en mi vida. No es que ellos se merezcan que les amen así… es que YO amo así.
Así que no llores pensando que se perdió algo irreemplazable. Tú eres quien lo convierte en eso. El valor es sólo tuyo

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