Requiem
El tiempo había aplacado tu presencia y el dolor. Mis escritos prácticamente habían dejado de llevar tu color, excepto en algunos casos en los que ya no te escribía a ti, sino a las relaciones en general, entre las cuales no puedo evitar contarte. Te iba olvidando, poco a poco, en aquella tumba tan cuidada y aseptica que hice sólo para ti.
Prácticamente habías salido de mi vida, pero siempre te tuve presente... sin embargo, tus últimas palabras hacen que reniege del afecto que aún quedaba, de la empatía y del cariño postrero…. No lo mereces, nunca has merecido nada de lo mucho que te he dado… pero no es tu culpa querido diablo, soy yo quien, por alguna extraña razón del corazón, necesitaba dar. Quien se aferró a ti y a tu recuerdo para superar en tu ruptura otra aún más dolorosa… Quien te ungió de bondades y virtudes, cubriendo tus carencias con ideales. Fui yo la ciega, tú sólo fuiste, como siempre, práctico.
Y ahora por fin te reniego, te aniquilo... y la libertad se me hace extraña… pero intentaré aprovechar para echar contigo al resto de espectros que me atan al pasado (lejano o cercano) y a la añoranza. Nueva vida, nuevas personas y nuevas ilusiones… Eso es lo que tengo. De lo que tenía… ya no queda nada.
Descansa en paz, luz de mis anhelos.
Si se vuelve a ver tu color en este blog, nunca será por amor
1 comentarios:
Amen
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