Adiós (al menos de momento)
Todo se repite y me estanco como el agua de un lago...
Olvido. La tierra cae pesada sobre mi recuerdo. Una lápida y un epitafio. Luces intermitentes. Se acaba el tiempo. Se acaba el tiempo para recordar que existes.
No te toco, y me desgarra, guerrero de yelmo firme, cuando te miro y no encuentro mi reflejo en el tenue resplandor de tu mirada. Cuando lo que veo es ira, prepotencia y hielo.
Necesito recordar este día, necesito recordar lo que siento... Que es un infierno... Que no puedo contar contigo, pues la única que muere poco a poco aquí, soy yo; con cada traición, con cada bofetada a mi dignidad. Siempre ha sido así. Atada de pies y manos, me has utilizado (aunque creo que fui yo la que me até en un principio).
Quiero recordar cada una de tus palabras aprender ahora a no perdonar No hay otro lado de la cara que poner. No hay más cara que mostrar.... Me paro y a partir de hoy camino en otra dirección.
Extirpación de recuerdos. Ya no los necesito. No te contiene el pasado. No existes más. He renunciado a ti, y con esto a tu mirada (tu mirada=mi sonrisa).
Nunca olvidaré cómo hoy, caritativo tú, te vas. ¡Qué soledad más gélida! Los restos de ilusión se rompen al chocar con la realidad. Es cierto que me quitas tu veneno, pero me quitas también la fantasía de creer que, en alguna parte remota de tu ser, me querías...
Curiosamente escribí este texto en masculino, cerrándolo con "el reflejo de MI mirada enamorada"… pero lo he cambiado. Primero porque es una historia aplicable a mi también y segundo porque, al fin y al cabo ¿qué sé yo de cómo se siente la gente?, lo escribí pensando en alguien que posiblemente no siente nada parecido a lo que yo le atribuía... Habla de lo que conoces, nena… no imagines ni teorices.
de todas formas, hijos de puta!).
a él. De víctima a verdugo hay sólo un paso. Yo he sido los dos, pero hoy no quiero ser ninguno. Sólo quiero, (valga el juego retórico), ser. Sólo quiero abrirme del todo, sólo quiero sentirme yo y sentir que esa yo tiene un receptor.
Parézcalo o no, es una escultura tallada en mármol en el S. XV (bueno, en realidad es una foto de un fragmento de la escultura ;). Es Proserpina siendo raptada por Plutón, o si lo traducimos a la mitología griega, es Perséfone, siendo raptada por Hades. La mestría de Bernini es impactante, por algo es uno de "los grandes".
Me gusta este blog. Me gusta estar ejecutando fantasmas, haciéndolos desaparecer... Me gusta poder soltar aquí frustraciones y tristezas… y sobre todo reflexiones, porque, pese a que puedan parecer heridas no cerradas, la mitad de estos post son reflexiones, percepciones y sentimientos provocados por un análisis concreto de algunos aspectos de mi vida.Me gusta hacer post directos, con mi forma de escribir descuidada y sólo preocupándome de explicar sentimientos y sensaciones… de captar el momento. Y también me gusta poder desarrollar otros en los que cuidar más el lenguaje, en los que expresar esos mismos sentimientos y sensaciones de manera diferente, más “literaria” como yo digo… Porque me gusta jugar con las palabras y soltar lastre a la vez. Me gusta hacer frases que para mi son “lapidarias”, cargadas de mensaje, profundas en sentimiento, pero con pocas palabras.
Me gusta sobre todo la incoherencia que hay de unos posts a otros… “Estoy bien, estoy fatal… no estoy”. Si alguien leyera esto no sabría a qué atenerse, no sabría cómo estoy realmente ni qué pensar… o se haría una idea equivocada. Es lo tiene “conocer” a alguien sin conocerlo.
Me gusta el lio que hay para entender el hilo conductor general del blog, primero porque no existe y segundo, porque los posts están escritos para diferentes personas… aunque muchas veces el trasfondo de lo dicho es el mismo, así que pueden aplicarse a varias.. Me gusta mi juego de ideogramas para dedicar los post y saber a quien se los escribo sin decirlo… Me gusta ser yo, simplemente.
Por eso me gusta este blog… porque como diría mi madre… “yo me entiendo”.
Mientras enciendo un porro (sí, ya sé que no fumo) y acabo mi Jacks (sí, ya sé que casi no bebo), me pongo a escribir (sí, esto lo hago más a menudo ahora) y acabo llorando (sí, esto lo hago demasiado).
Have you ever been so lost?/ Known the way and still so lost /Another night waiting for someone to take me home.../ Have you ever been so lost?
dejaste (o te obligaste a) contar algo. Total... desear es gratis.
Sigo obsesionada con entender cómo y porqué. ¿Cuando dejó de quererme? Quizás es todo un problema de cordura, ¿cómo no lo vi venir, entre tantos silogismos?
Apenas estoy empezando y ya siento la miel debajo de la lengua. Palabras que no diría si no tuviera la certeza de su anonimato, palabras que no puedo decir sin el pensamiento de hacerte mío.


El tiempo había aplacado tu presencia y el dolor. Mis escritos prácticamente habían dejado de llevar tu color, excepto en algunos casos en los que ya no te escribía a ti, sino a las relaciones en general, entre las cuales no puedo evitar contarte. Te iba olvidando, poco a poco, en aquella tumba tan cuidada y aseptica que hice sólo para ti.
Prácticamente habías salido de mi vida, pero siempre te tuve presente... sin embargo, tus últimas palabras hacen que reniege del afecto que aún quedaba, de la empatía y del cariño postrero…. No lo mereces, nunca has merecido nada de lo mucho que te he dado… pero no es tu culpa querido diablo, soy yo quien, por alguna extraña razón del corazón, necesitaba dar. Quien se aferró a ti y a tu recuerdo para superar en tu ruptura otra aún más dolorosa… Quien te ungió de bondades y virtudes, cubriendo tus carencias con ideales. Fui yo la ciega, tú sólo fuiste, como siempre, práctico.
Y ahora por fin te reniego, te aniquilo... y la libertad se me hace extraña… pero intentaré aprovechar para echar contigo al resto de espectros que me atan al pasado (lejano o cercano) y a la añoranza. Nueva vida, nuevas personas y nuevas ilusiones… Eso es lo que tengo. De lo que tenía… ya no queda nada.
Descansa en paz, luz de mis anhelos.

Si se vuelve a ver tu color en este blog, nunca será por amor
Si - len - cio
¿Cómo curar-lo?
¿Con voz?, ¿o con más silencio?
¿Cómo curar-me?
¿Con vos? ¿o con más silencio?
¿Contestas?
¿No contestas?
Si - len - cio
![]()

Autoreferencias: Post: “Todo lo que (aún) no puedo hacer”: una de trucos, tretas y enfoques para seguir adelante / Post “Fases”: Desde la aceptación (¿o será resignación?)
Cómo huir de ti si te tengo en la cabeza, si con cada parpadeo me torturas con tu maldita existencia, con la mísera posibilidad de poseerte, de desnudarte mientras tu lírica nos inmortaliza.
Tendré que aprender a buscarme las mañas... Mediante tesón, trucos, fuerza de voluntad para no caer y lógica para ver la situación tal cual es, sin idealizar y sin desear imposibles.
Por eso he de aceptar que no puedo estar en un spa (este finde ha sido duro), ni puedo escuchar a Erasure (eso es casi un castigo divino) o a Sidonie (aunque tengan nuevo disco)... Tampoco puedo ver la Fórmula 1 (aunque me aficioné y me gustaría saber qué ocurre esta temporada), Perdidos (aunque Cuatro ahora me dé oportunidad de ver todas las temporadas), Prision Break (aunque me la haya bajado completa), ni podré reirme y hacer mi porra con el festival de Eurovisión (y eso que hay proposiciones). No puedo usar perchas oscuras (aunque ya no tenga de las mías), ni hablar de sindicalismo (esto sí que no me cuesta, la verdad). Me acongoja que me regalen rosas (lo siento Pá) y no puedo hablar de algunos de mi viajes (Asia, tengo que hacer un esfuerzo, no puedo dejarte marchar).

Hace tiempo, cuando la Luna no quería dejar de alumbrar mi mundo, jugábamos a encontrar profundidad a la vida. Mi frase era, “Todo es relativo”, la suya “Carpe Diem”.
- Oye, ya tengo corazón de nuevo. Gracias por ayudarme a barrer las cenizas. Me encantaría que pasases.
- Lo siento, lo he intentado, pero aunque se está muy a gusto dentro, creo que no puedo quedarme
- ¡Pero si te he estado haciendo sitio!… Ya había creído que habitarías dentro de él para siempre..
- Era lo que más deseaba, pero soporté tanto frio fuera que creo que me resfrié. Estoy enfermo
- ¿Por qué no entraste?
- ¿Por qué no me invitaste?
- Hacías tan poco por entrar que pensé que te sentirías obligado y que si no lo pedías era porque preferías estar fuera...
- Pensé que te obligaría y que si no me invitabas era porque no me querías dentro...
- Pero yo te sentía ya dentro. Lo daba por hecho… Quédate, te daré calor..
- Lo siento. Ya he muerto de frio
Y un corazón, de nuevo, debe volver a renacer de las cenizas...
Bienvenida sea la muerte… “por no molestar”
explica en la introducción a las Rimas: “Conmigo van, destinados a morir conmigo, sin que de ellos quede otro rastro que el que deja un sueño de la media noche, que a la mañana no puede recordarse. En algunas ocasiones, y ante esta idea terrible, se subleva en ellos el instinto de la vida, y agitándose en formidable aunque silencioso tumulto, buscan en tropel por dónde salir a la luz, de entre las tinieblas en que viven. Pero, ¡ay!, que entre el mundo de la idea y el de la forma existe un abismo que sólo puede salvar la palabra, y la palabra, tímida y perezosa, se niega a secundar sus esfuerzos”.
El lunes iba paseando por la playa y me senté frente al mar, como tristemente he hecho ya en otras debacles de mi vida. Parece que sólo esa estampa ya me rememora tristeza y abandono… y sin embargo también recordé otros días, otros tiempos, en los que sentarme frente al mar era intensamente feliz y tranquilo, porque estabas a mi lado. En esos días pensé que nunca volvería a sentir el vacío y la nostalgia que anteayer me abatió de nuevo… porque tras tantos esfuerzos por no romperme delante de mi familia, allí, junto al mar lloré de nuevo tu pérdida, que no comprendo y que sobre todo añoro.
lágrimas sordas, de esas que dejan la sal en las mejillas mientras las recorren lentamente… tampoco lágrimas reprimidas. Fue el alma lo que me salía por los ojos, que miraban el agua mientras otra agua los impedía mirar.
Estas han sido unas vacaciones en familia, al menos con todos los que ahora componemos la familia. Hacía años que no coincidamos y también mucho tiempo que no visitábamos la casa de la playa. Al principio me pareció una buena idea; familia, sol, descanso… una buena huída de mí misma que es en lo que se está convirtiendo mi vida últimamente. Lo que sea, con tal de hacer que la vida pase sin tener tiempo para pensar, para añorarle…. Pero el caso es que al final siempre hay ocasión para estar con una misma, y no ha sido tan buena idea como parecía.
oye, tienes que decirme qué ha pasado con vosotros porque no me lo explico”. Los ojos se me anegaron y evité dar explicaciones que yo misma no tengo. Cómo hubiera necesitado que él estuviera allí a mi lado y me diera un abrazo… y sin embargo tenía que explicar precisamente, porqué no estaba. Sólo supe decir “nada, que se terminó… Si quieres algún porqué llámale a él y que te lo cuente, porque yo aún no lo sé”. Me sentí morir. Sin más. No se habló más del tema… como me verían.
al menos de momento. Y aún sin verlos, mi memoria se llenó de recuerdos de nuestra primera visita a esas tierras, cuando aún nos estábamos conociendo, cuando todavía no sabía si ese hombre que quería estar a mi lado curaría mis heridas, esas que curó y ahora se han vuelto a abrir con su marcha.